Caminar hacia atrás: un ejercicio que mejora cuerpo y mente

Un paso en sentido contrario que despierta músculos dormidos, equilibra la mente y enseña que avanzar no siempre significa ir hacia adelante.

 

Por Jorge Alonso Curiel

HoyLunes – Caminar es uno de los ejercicios más sencillos y recomendados por los expertos, pero una tendencia curiosa está ganando terreno entre fisioterapeutas y deportistas:
caminar hacia atrás. Lo que parecía un simple juego de niños o un movimiento torpe, se ha convertido en una práctica con sorprendentes beneficios para la salud física y mental.

Una forma distinta de moverse

Caminar hacia atrás —también conocido como retro-walking cambia por completo la dinámica del movimiento. Al invertir la dirección, se activan músculos y zonas del cuerpo que normalmente permanecen en segundo plano cuando caminamos hacia adelante.

Según diversos estudios publicados en revistas de fisiología y rehabilitación, este tipo de marcha mejora la coordinación, el equilibrio y la fuerza en las piernas, especialmente en los músculos de las rodillas y los glúteos.

Cada paso invertido enseña al cuerpo a escuchar sus propios límites y al cerebro a redescubrir el equilibrio.

Beneficios físicos comprobados

Fortalece las rodillas y reduce el impacto articular

Al andar hacia atrás, el peso corporal se distribuye de manera diferente, disminuyendo la presión sobre las rodillas. Por eso se utiliza en programas de rehabilitación para personas con lesiones o artrosis.

Quema más calorías

Caminar en sentido contrario requiere un 30 a 40 % más de energía que hacerlo hacia adelante, lo que lo convierte en un excelente ejercicio cardiovascular.

Mejora el equilibrio y la postura​

La falta de visión frontal obliga al cuerpo a depender más del oído interno y la propiocepción (la conciencia del propio cuerpo), lo que refuerza el equilibrio y la estabilidad.

Nuestro cerebro se activa de una manera rápida y eficaz

Al ser un movimiento poco habitual, estimula la neuroplasticidad. El cerebro debe “reaprender” cómo coordinar el cuerpo, lo que puede mejorar la concentración y la memoria.

Caminar hacia atrás no solo mueve las piernas: despierta la mente y refuerza la memoria.

Todo un entrenamiento mental

Un estudio de la Universidad de Roehampton, en Reino Unido, mostró que las personas que caminaron hacia atrás recordaron mejor una lista de palabras que quienes caminaron hacia adelante o permanecieron quietas. Los investigadores sugieren que el esfuerzo mental de invertir la dirección del movimiento podría mejorar la memoria a corto plazo.

Cómo empezar de forma segura∙

Empieza en un lugar seguro, como un pasillo, una pista o una cinta de correr con barandillas.
∙Mantén la mirada sobre el hombro de forma alternada.
∙Da pasos cortos y controlados.
∙Aumenta gradualmente el tiempo y la velocidad.
Si practicas al aire libre, ten cuidado y hazlo en un entorno libre de obstáculos o con un acompañante que te guíe. Vela por tu seguridad.

A veces, el camino más sabio no está frente a nosotros, sino detrás: retroceder también puede ser una forma de avanzar.

En resumen, caminar hacia atrás no es solo un ejercicio curioso que atrae las miradas: es un entrenamiento completo que involucra cuerpo y mente. Mejora el equilibrio, fortalece las piernas, activa la mente y hasta ayuda a quemar más calorías. Una práctica sencilla, sin coste y con resultados reales.

Como se suele decir, a veces, para avanzar, hay que dar unos pasos hacia atrás.
Buena frase que sirve para este asunto.

Jorge Alonso Curiel. Periodista, redactor, escritor, crítico cinematográfico, fotógrafo. Licenciado en Filología
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